Dra. Diana Paola Íñiguez López1, Dr. Gerardo Rojas Artiaga2
1Residente de primer grado Hospital General de Zona con Medicina Familiar #2 IMSS Irapuato
2Hospital General #58 IMSS León
Bol Cient Cult Col Ped Gto 2023;1(1):25-26
La expresión no siempre ha sido mi fuerte, tengo unos cuantos años aprendiendo lo que la escritura puede hacer por ti. Esta vez no busqué la oportunidad, solo llegó; llegó cuando no lo planeaba, cuando me encontraba disfrutando de mis vacaciones, para ser exacto.
Es gracioso porque solo me pedían expresarme, cualquier tema, cualquier cosa. No soy poeta, apenas comienzo a aprender a ser científica, no soy nada muy extravagante; pero soy, vivo, siento y a veces, expreso.
Un tema que quiero desarrollar, para ustedes y para mí es el porqué, el porqué de hacer lo que hacemos. Me pidieron la expresión de residentes, esto somos.
¿Somos médicos, que por alguna razón sentimos que no eran suficientes los años de carrera, que queríamos más, más sacrificio, más trabajo, más pacientes, más prestigio, más dinero?, más sueños.
Para los que no saben, somos médicos queriendo ser especialistas, en específico… el residente de primer año, apenas esta asomándose al mundo para ver si le gusta o no, tanto a ti la especialidad, como tú a ella. Es un proceso de reconstrucción, no conforme con que tienes que desaprender mucha medicina, si eres de los afortunades como yo, también te independizas, te conviertes en un individuo, en algún lugar lejos de tu casa.
Aprendes, aprendes que siempre eres el culpable, por estadística, eres el que sabe menos, aprendes a conocerte en un ambiente no controlado, porque siempre hay caos, te conoces en lo desconocido, nuevos compañeros de trabajo, nuevos compañeros de cuarto, nuevos jefes, nuevos maestros, nuevos días.
No me malentiendan, no es queja, es expresión, expreso lo que voy aprendiendo, tuve que preguntarme varias veces ese porqué que les quiero compartir, en nuestro ámbito no es bien visto ser sentimental, no es lo común, ni lo ideal.
Tienes que ser empático, pero ten cuidado con que se enteren que te importan mucho, porque se van a aprovechar de ti, pero no seas muy frío porque no eres buen doctor, que poco te importan tus pacientes.
Así de fácil es ser humano y médico, pero, ¿qué necesidad? Preguntas típicas de las 3 de la madrugada, cuando aún haces ingresos, los ojos se cierran, sientes que no puedes más pero sin saber cómo, se hacen las 6 de la mañana y has sobrevivido.
Mi punto con el permitirte sentir y la búsqueda del sentido, es que toda la vida aprendí a servir, no por ser mujer, por sentirme funcional, útil, fue más fácil seguir haciendo lo que hago con ese pensamiento romántico de que me siento bien sirviendo a los demás.
Pero no solo es de aquí para allá, tengo que reconocer, las labores que llegamos a hacer como residentes incluye mucho, muchísimo aprendizaje, el agradecimiento, los ojitos, las sonrisas, los abrazos, el conocerse a sí mismo a través de poder superar obstáculos, conocer nuestros límites, aventurarnos a dar, porque siempre recibes.
El camino que escogí tiene los mejores pacientes, los más tramposos, los más engañosos, y los más inocentes, por quienes nos tenemos que esforzar más, son seres que necesitan que seamos su voz, en cada pase de visita, en cada ingreso los tenemos que representar para ver por su bienestar, no por el nuestro, por el del instituto, por el del país, es por cada ser humano chiquito que más adelante puede hacer algo por este mundo.
Es un ganar – ganar, pero todo esto se ve muy fantasioso si no lo has comprobado, si no has encontrado esa chispa que te hace creer que estas en el lugar correcto, a pesar de todas las caídas, de todos los obstáculos, de todo lo inesperado, siempre hay un momento, breve, chiquito, que te hace pensar “ ah, era por esto”, “ah, si es aquí”, es una certeza que se siente no solo al trabajar en lo que te gusta, sino al conocer tu sabor favorito de nieve, al probar una comida deliciosa, al tomar esa mano; siempre hay instantes así de significativos, donde llegas a sentir que todo lo que ha ocurrido para llegar a ese momento, te hace sentir bien, pero son momentos tan pequeños, que usualmente los pasamos por alto.
Así que toda mi narrativa se resume a esto, una invitación pequeña a buscar el sentido, a buscar esa causa por la que hoy te encuentras leyendo estas palabras el día de hoy, ya sea que me quieras creer o no, siempre hay algo religioso, espiritual, energético, …la variable que prefieras, que hace que todo tenga sentido.
Estamos acostumbrados a la queja, a la negación, al rodeo, pero de vez en cuando sirve de mucho una pausa, un respiro, una búsqueda pequeñita en lo más adentro de nosotros para ver si ya sentiste ese: “ah, aquí es”.
Y si no lo has identificado, no te conformes, no desistas, no te quedes en lo aburrido, busca, porque ninguno de nosotros funciona sin ese algo, nos convertimos en seres miserables, inconformes, malhumorados y difíciles de tratar.
Gracias por llegar hasta aquí, te recuerdo que esto fue una oportunidad de expresión para mí, espero que sirva de algo para ti.