HABLEMOS DE SALUD AMBIENTAL, EL IMPACTO EN NUESTRA VIDA Y EN LA SALUD INFANTIL

Dra. María Elena Figón Mancilla1

1Pediatra adscrita al Hospital General de Irapuato, Capítulo Salamanca

Bol Col Ped Gto 2023;1(2):29-30

La Organización Mundial de la Salud en el año del 2015 aprobó 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) varios de esos objetivos, están íntimamente interconectados, hacen referencia a la protección del planeta para proteger nuestra salud y la de nuestros niños, niñas y adolescentes (1)

De ahí la importancia del saneamiento básico y de la salud ambiental, especialmente en países como el nuestro, en donde las condiciones desfavorables del medio contribuyen a la elevada frecuencia de padecimientos infecciosos, respiratorios y gastrointestinales, siendo nuestros niños los mas vulnerables, además, existen otras condiciones inadecuadas del ambiente como resultado del desordenado desarrollo industrial y urbano que ocasionan tal grado de contaminación ambiental, del agua, de los alimentos y del suelo que afectan la salud de la población.(2)

Los niños y las niñas son los que más consecuencias pueden sufrir a causa de ello, por su vulnerabilidad y mayor tiempo de exposición en comparación con las generaciones pasadas. En las últimas décadas hemos experimentado con los avances tecnológicos; una mejoría de la salud, de las condiciones de vida y de la esperanza de vida como no se había visto nunca, sin embargo, corremos el riesgo que las generaciones futuras tengan menos salud, sean más pobres, disfruten de menos equidad y vivan menos que nosotros mismos. (2).

El cambio climático puede referenciarse como la variación a largo plazo de la temperatura y los patrones climáticos típicos en un área concreta del planeta o en todo su conjunto. Actualmente una amenaza creciente y sin precedentes en la historia de la humanidad y sus consecuencias cada vez se van haciendo más evidentes: epidemias, desastres naturales, desplazamientos masivos de poblaciones o escasez de recursos imprescindibles, como los alimentos y el agua, entre otros tantos fenómenos. Todo esto es nuestra realidad, basta iniciar el día a día para sentirlo, para vivirlo nosotros como adultos y nuestros queridos niños, la flora y la fauna a nuestro alrededor; el calor extenuante, la sequía y así infinidad de situaciones referentes al tema.

En el año del 2020 el mundo se paralizó, literalmente al enfrentar la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-Cov2 otro gran ejemplo del poder  que  tienen  las   enfermedades

infecciosas nuevas y emergentes a las que no estamos acostumbrados para modifi­car e impactar de forma radical nuestro    entorno    tal    y    como    lo conocemos. Dicha pandemia nos puso a prueba como humanidad, ha expuesto de forma evidente la fragilidad de nuestro sistema de salud mundial, dándonos una idea de cómo brotes impredecibles de enfermedades emergentes nos podrán afectar en un futuro.

En resumen, los niños y niñas que nacen hoy en los países de bajos ingresos como el nuestro, tienen más probabilidades de sufrir las consecuencias sanitarias del cambio climático, dado que estarán a futuro más expuestas a todo esto, que generaciones como la nuestra, donde nacimos en un mundo diferente, menos contaminado, por lo que  se verán doblemente afectados, tanto por las desigualdades intergeneracionales cómo las geográ­ficas; es decir; por ser niños, por ser pobres y sobre todo, por ser ambas cosas.

Como pediatras enfocados en la salud infantil, desde nuestra trinchera, tenemos la responsabilidad de liderar los esfuerzos para anticipar, prevenir y abordar los futuros problemas de salud infantil derivados de nuestra propia actuación como comunidad.

Como individuos, como sociedad, como comunidad; en general todos los que formamos parte en este mundo globalizado debemos dirigir todos nuestros esfuerzos individuales y colectivos para revertir los daños ya producidos y evitar una crisis climática cuyas consecuencias se auguran catastróficas.  Lo bueno de ello es que, estamos a tiempo, lo malo es la voluntad política, social y moral de todos los involucrados, voluntad que no se ve clara ante la triste realidad que vivimos.

En efecto, “ninguna responsabilidad humana es más profunda que el deber de cada generación de cuidar de la generación que la sigue”. (2)

Mientras escribo esta pequeña reseña, un pajarillo canta en mi ventana, percibo un cielo azul hermoso y un calor agradable producto de la primavera que vivimos, ese sol radiante que emana su calor, luego entonces favorecer estos espacios saludables, el entorno familiar y social es fundamental para que los niños, niñas y jóvenes alcancen el máximo potencial de su crecimiento y desarrollo.

BIBLIOGRAFÍA

  1. De La Guardia Gutiérrez, Mario Alberto, & Ruvalcaba Ledezma, Jesús Carlos. La salud y sus determinantes, promoción de la salud y educación sanitaria. Journal of Negative and No Positive Results, 2020;5(1), 81-90. Epub 29 de junio de 2020.https://dx.doi.org/10.19230/jonnpr.3215

Sant Joan de Déu Barcelona – Hospital. El ambiente y su impacto en la salud maternoinfantil: ¿a qué nos enfrentamos? Un llamamiento a la reflexión y a la sensibilización. 22/07/2022. Acceso el 7 de junio de 2023, disponible en: https://faros.hsjdbcn.org/es/cuaderno-faro/ambiente-su-impacto-salud-maternoinfantil-nos-enfrentamos-llamamiento-reflexion

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