RESEÑA DEL ARTÍCULO “CALIDAD DEL SUEÑO EN PROFESIONALES DE LA SALUD DE ATENCIÓN PEDIÁTRICA”

Dra. Ma. de la Cruz Ruiz Jaramillo1

1Pediatra Hospital General León, Capítulo León

Bol Cient Cult Col Ped Gto 2024;2(2):16-17

En 2023 se realizó un esfuerzo colaborativo  a través de un estudio  generado en el taller de  investigación realizado en el Congreso de la Confederación Nacional de Pediatría de México. A  través de una encuesta en línea se investigó la calidad del sueño y  el nivel de somnolencia de los profesionales de la salud que atienden población pediátrica. La gran mayoría de los encuestados fueron pediatras generales y subepecialistas (91.7%), también se incluyó personal de enfermería, medicina general, psicología, terapia física, nutrición y odontología. Hubo respuestas de todos los estados de México y también de perú, Guatemala, Ecuador, Colombian, Volivia, Argentina y Paraguay, con un total de 1085.

Para medir la calidad del sueño se usó el instrumento validado en español del Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh  que mostró un nivel adecuado en 24% de los encuestados, pero se encontró una alteración leve del sueño en 33%, moderada en 40% y grave en 3%.

La somnolencia se midió con la escala de Epworth y se encontró una somnolencia normal en 71%, somnolencia marginal en 13.8% y somnolencia excesiva en 15.2%.

El porcentaje de deterioro en los componentes individuales de la calidad del sueño fueron:

  • Latencia del sueño mayor a 60 minutos: 7.5%
  • Duración del sueño menor a 5 horas: 15.5%
  • Eficacia del sueño habitual menor a 65%: 7%
  • Perturbación del sueño una o más veces por semana: 18.5%
  • Necesidad de uso de medicación hipnótica: 8.5%
  • Disfunción diurna moderada: 24%
  • Bastante disfunción diurna: 10.5%

            La bibliografía internacional describe el efecto que tuvo la pandemia por COVID-19 en el incremento en alteraciones del sueño en profesionales de la salud.

Es importante reflexionar sobre estos resultados y analizar nuestros hábitos de sueño ya que el deterioro  de la calidad del sueño tiene influencia directa en el riesgo de morbi-mortalidad personal (enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, enfermedades gastrointestinales, varios tipos de cáncer, irregularidades menstruales, problemas obstétricos y tratornos psicológicos) y en el riesgo de la aparición de  errores en la práctica médica.

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