Dra. Gladys Karina Pérez Rendón1
1Pediatra neonatóloga, Hospital Materno San Luis de la Paz,
Capítulo San Miguel de Allende
Bol Col Ped Gto 2024;2(1):29-30
Condiciones adversas y recomendaciones
Los bebés adquieren habilidades rápidamente durante su primer año de vida, desarrollan maneras nuevas de pensar, comunicarse y resolver problemas conocidas como habilidades. Los hitos del desarrollo son las cosas que la mayoría de los bebés son capaces de hacer a una cierta edad. Durante las visitas mensuales el familiar centra mayor atención en el crecimiento, cuidados en casa, hábitos de sueño y formas de alimentación; sin embargo consideramos conveniente que reconozcan sus emociones y su interacción social ya que forman parte de desarrollo emocional. Algunos factores dentro de su ambiente y dinámicas familiares pueden ayudar o perjudicar, por tanto el desarrollo y la salud mental de un niño. Los primeros años de vida son críticos para la formación de su carácter, se sabe que los primeros 2 años de vida la salud mental está muy directamente relacionada a su cuidador. Antes de que el bebe hable, aprende primero a comunicarse a través de las emociones, se han identificado 3 emociones que están presentes desde que nace y éstas son MIEDO, ALEGRÍA E IRA (ENOJO).
Los niños con problemas de salud mental tienen un mayor riesgo de dificultades en la escuela y con sus compañeros, dificultades de empleo en el futuro, problemas de adicciones, ruptura de relaciones, violencia familiar, delincuencia y suicidio.
Durante las visitas médicas es de vital importancia que los padres cuenten con asesoría y reconozcan su capacidad para vigilar y favorecer un desarrollo emocional adecuado.
Hitos del desarrollo emocional
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1-2 meses : sonrisa social del bebé en respuesta a las palabras o sonrisas de los padres. Reconoce el olor y la voz del cuidador y responde al tocar suave. En esta etapa los bebés responden de manera positiva ante cualquier persona que les preste atención.
2-3 meses: ya pueden usar una expresión facial distinta para expresar emociones en un contexto apropiado después de los 2 meses de edad.
Requiere de rutinas. Aprende a calmarse. La interacción sensible con el cuidador ayuda al bebé a aprender a manejar la tensión. Hablarle al bebe no solo estimulará su lenguaje, sino que hará que el pequeño se sienta escuchado desde un ambiente de confianza. Para ello, puede ser útil responderle cuando haga sonidos, repitiéndolos y agregando palabras.
4-5 meses: le hacen saber a su cuidador si quitarles su juguete les molesta o si están contentos cuando le cargan o atienden.
6-7 meses: aparece la ansiedad ante los extraños. Busca al cuidador para que lo consuele, ayude y juegue. Y existe la angustia por separación del cuidador o de los padres.
8-9 meses: el bebé mirará en la misma dirección que el cuidador y seguirá su mirada y , volverán a mirar al cuidador para demostrar que comparten la experiencia. Expresará con alegría, disgusto, enojo, y se dará cuenta si las personas están contentas o enfadadas con él.
10-12 meses: capta la información que le ofrece el adulto, si debe aproximarse ante un extraño, o no.
Factores que no favorecen un adecuado desarrollo emocional
*Rechazo a alimentar en el regazo.
*No modular la voz al hablarle al bebé.
* Evitar expresiones de afecto.
*Retraso en la atención a las necesidades básicas de cuidado (alimentación, aseo, etc.).
* Ausencia de contacto físico o respuesta a sonrisas o sonidos del bebé.
RECOMENDACIONES
*Manejo de sus necesidades básicas de manera temprana
*Favorecer y brindar un ambiente seguro y de interacción continua
*Identificar tipo de llanto, sonidos y gestos de acuerdo a las demandas.
*Ofrecer tolerancia y afecto continuo.
Bibliografia:
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. (22 de febrero de 2021). Bebés (0 a 1 año). Recuperado de: https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/childdevelopment/positiveparenting/infants.html
Sánchez-Pérez C, Rivera-González R, Correa-Ramírez A, Figueroa M, Sierra-Cedillo A, Izazola SC. El desarrollo del niño hasta los 12 meses. Orientaciones al pediatra para su vigilancia con la familia. Acta Pediatr Mex 2015;36:480-496.