EL JUEGO EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE EN LA INFANCIA

Dr. Joel Rico Castillo1

1Pediatra Hospital Materno Infantil Irapuato, Capítulo Irapuato

Bol Col Ped Gto 2025;3(1):18-20

El juego es el medio por el cual los niños interactúan con su alrededor, adquiriendo diferentes habilidades y competencias psicomotoras (1).

Es una actividad innata, y natural durante la infancia, habiendo evidencias que ya se practicaba en diferentes etapas en la historia de la humanidad como vejigas de cerdo y gargantas de aves llenas de piedras, pinturas de niños jugando a la pelota, muñecas, o saltando la cuerda por ejemplo. Ya Platón y Sócrates planteaban el rol del juego como parte de la educación en el niño, cambio que se continuó durante en la Edad Media, y que se encuentra plasmado en diferentes obras de arte, filosofía y literatura con juegos como la gallinita ciega, el caballito, la piñata, el trompo entre otros. Pasando por un periodo obscuro, en el cuál el clero lo consideraba como una actividad infructuosa. Sin embargo, al final del Renacimiento surge la llamada “nueva conciencia de la infancia” que consideraba    que    los    niños   tenían

necesidades de contar con un desarrollo y atención diferentes a la de los adultos, cambios que han sido paulatinos desde entonces. 

John Locke en el siglo XVII tenía la idea de que eran los padres los que deberían establecer las bases durante la niñez y así, formar un carácter adulto adecuado. Más tarde Jean Jacques Rousseau durante el siglo XVIII continuó favoreciendo el estudio del desarrollo infantil (2).

A finales del siglo XIX se empezó a ver el juego como una parte fundamental del aprendizaje y educación, culminando en el siglo XX por diferentes pedagogos como Piaget y María Montessori entre otros, dando la mayor importancia a cubrir las necesidades afectivas y psicológicas del niño(2).

El periodo más importante del desarrollo del ser humano incluye desde su nacimiento y hasta los 8 años de edad, dependiendo por supuesto de las competencias cognitivas y sociales, del bienestar emocional y una adecuada salud física y mental, y que lo llevará a la “perfección de esas habilidades” (3,4,6).

Los niños desde las primeras etapas de su vida realizan acciones que se consideran como juego en cuanto que generan satisfacción y goce,    creando   un   comportamiento susceptible a cambios futuros, siendo muy importe el tiempo que se emplea para jugar, la motivación e interés que esto produce.

El juego en el niño es una manera de externar sus sentimientos, comportamientos, habilidades y por lo tanto su carácter, que estimula su desarrollo y crecimiento (1).

El niño es un individuo activo que crea, aprende y cambia su realidad en la medida que interactúa con el ambiente que lo rodea, dependiendo del juego que practique, así como la interacción que tenga con sus padres y con sus “iguales”, lo que conforma la base de su desarrollo.

El aprendizaje es un proceso de adquisición de conocimientos que pueden ser aplicados a cambiar estructuras mentales al combinar conocimientos nuevos con los ya adquiridos (2).

Así, el juego es un proceso de enseñanza aprendizaje donde los padres tienen un papel fundamental y fortalecido posteriormente por los profesores durante su educación escolar, siempre y cuando generen el ambiente necesario para la realización de diversos juegos permitiendo el desarrollo de aptitudes adecuadas para socializar con otros niños, tales como el respeto a las diferencias, el expresar sus opiniones sin menospreciar la de los demás, estableciendo las bases de valores: solidaridad, respeto, empatía por mencionar algunos (2,3,4,6) .

Jan Amos Comenius decía que la seriedad con que se juega deberá incluir utilidad además de ser agradable, de tal manera que conduzca al niño a “llenar sus objetivos que serán la base de la edad adulta, evitando procedimientos rígidos y dejar al infante expresarse libremente y evitar una apariencia de madurez prematura (2).

Y aunque el juego no es una característica propia de la infancia, sí debe ser un factor imperante en su desarrollo mediante la imaginación, el deseo, la interacción con objetos y una acción bajo reglas implicadas y supervisadas por los adultos: padres y profesores (2,4).

El niño debe ser el protagonista y cuanto más insistan los padres en controlar un juego o en corregir el uso de un juguete, más seguramente su hijo perderá interés por un objetivo que dejará de ser suyo para ser del padre (1).

Actualmente la tecnología ha modificado el tipo de juegos, sin embargo, bien encauzado sigue permitiendo el desarrollo (5).

Por lo tanto, “el niño no es un ser extraño que el adulto puede considerar desde el exterior con ciertos objetivos. El niño es la parte más importante de la vida del adulto. El constructor del adulto” (2).

REFERENCIAS

1.- Martínez G. C. Jugar es un asunto serio. Editorial. Rev Pediatr Aten Primaria, 2019;21: N°83. 227-229. Madrid jul/sep. 2019

2.- Partida. V. J. M. El juego en el preescolar desde la fenomenología del mundo social. Rev latinoam.estud.educ. vol 52. N°1. 321-350. Ciudad de México. Ene/abr. 2022

3.- Solís. G. P. La importancia del juego y sus beneficios en las áreas del desarrollo infantil. Voces de la educación, 4(7), 44-5. Revista. Voces de la educación. 2022.

4.- Díaz. R. N.La importancia del juego en el Desarrollo infantil. Tesina para obtener el título de Licenciada en Psicología. Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México. Abril 2021. UNAM.

5.- Contreras. J. A. Las nuevas tecnologías, ¿Riesgo o incentivo para los niños? Boletín UNAM-DGCS-761. Ciudad Universitaria. Octubre 2019.

6.- Quirce. B, A. Crecer y Aprender jugando. La importancia del juego en la etapa de Educación Infantil. Trabajo final de grado de educación infantil. Palencia, Guatemala. 26 de junio de 2024.

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